Contra el confinamiento de clase, por los servicios públicos esenciales

Contra el confinamiento de clase

Por los servicios públicos esenciales

Ante la inactividad de los servicios comunitarios y la deriva autoritaria que presenta el régimen, y que choca con la inactividad frente a la crisis del coronavirus, hemos de recordar una vez más, la brecha que sufrimos los trabajadores y trabajadoras del estado, aumentada ante la incapaz gestión gubernamental.

Es de sobra conocido el desbordamiento de los servicios sociales y sanitarios, especialmente en la atención primaria y en el servicio de urgencias, recordemos que estos centros se dejaron al olvido tras no renovar contratos al personal sanitario, y que todo esto se maquilló con la apertura del hospital IFEMA y la construcción del hospital Isabel Zendal, hospitales que no han tenido sino al personal derivado de otros lados (dejando estos descubiertos) y con el esperpento de solicitar personal voluntario para poder poner en marcha estos llamados hospitales “pantomima”.

No nos sorprende sin embargo, que los barrios afectados por los confinamientos selectivos son las zonas del sur tanto metropolitano como comunitaria (se pone como norma para confinar que los barrios deben de tener una tasa de incidencia de 1000 contagios por 100.000 habitantes), si bien barrios como Las Rozas, Pozuelo de Alarcón o el barrio de Aravaca, pese a cumplirlos, no han sido confinados, lo que demuestra que hay un objetivo claro de segregación obrera.Ante la falta de medios el pueblo y los barrios obreros han comenzado con, por un lado una red de solidaridad sin precedentes que suple con creces el abandono institucional, y con la organización popular con la rabia de sentirse solos frente a un enemigo doble, por un lado un virus que asola en viviendas hacinadas y familias en paro, y por el otro la incapacidad de respuesta institucional. Ante esto el estado, vuelve a retomar el camino de la porra, sin otro objetivo que acallar las voces disidentes, primero con palos y luego con detenciones, y que es diametralmente opuesto al trato de los barrios ricos cuando se saltaban todas las medidas restrictivas, los llamados “Cayetanos” donde fueron amparados y tolerados por los cuerpos represivos.

Por todo ello, nos preguntamos, que es lo verdaderamente violento, si que nos abandonen a nuestra suerte, o a plantar cara frente a esta barbarie, a defender a nuestras vecinas, y a solidarizarnos con nuestros vecinos vallecanos represaliados una vez más.

Nosotras lo tenemos claro, queremos personal sanitario suficiente, con contratos de calidad, cubriendo ratios, queremos profes para que nuestros peques puedan ir seguros a clase, no queremos cuerpos represivos, queremos que paguen caro la corrupción manifiesta de los distintos gobiernos y familia real.

¡Unidad en barrios obreros!

Basta de recortes en sanidad y educación

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