¡Seamos viento de libertad!
El 27 de septiembre de 1975, la asesina mano del general Francisco Franco dicta sentencia sobre cinco militantes antifranquistas. Los fusiles de 6 miembros de la Guardia Civil marcaron el punto y final a las vidas de Ángel Otaegui, José Humberto Baena Alonso, Ramón García Sanz, Juan Paredes Manot y José Luis Sánchez Bravo.
Estos serán las últimas sentencias de muerte que el general franquista realizara en su lecho de muerte, aunque no los últimos asesinatos armados del régimen golpista.
Christian Grobet, abogado de Ginebra y Zurich, observador de la Liga Internacional de los derechos del Hombre, estuvo presente en el primero de los consejos de guerra, celebrado el 11 y 12 de septiembre. Su informe respecto a lo que vio y oyó da idea de cómo se desarrollaron las cosas: «El proceso de los cinco militantes del FRAP ha constituido un simulacro…» «El que suscribe nunca ha tenido, desde que asiste a procesos políticos en España, un sentimiento tan acusado de asistir a tal simulacro de proceso, en definitiva una farsa siniestra, sobre todo si pensamos en la suerte que se reserva a los acusados».
Esto provocó una ola de ataques hacia todo tipo de elementos del Estado franquista español. Incluso el presidente de México pidió la expulsión directa del Estado español de las Naciones Unidas.
Desde el movimiento antifascista reivindicamos a todas y cada una de las personas que son asesinadas victimas del verdugo franquista, a todas aquellas personas que son obligadas a abandonar su país o quedarse a luchar por la libertad. Entendemos que para conquistar el mañana hace falta recordar a todas las personas que lo dieron todo por la libertad contra la dictadura de Franco. Por todas ellas, pero en especial por estas cinco ultimas vidas sesgadas por las manos del caudillo de la dictadura, decimos, como dijera en su celda Juan Paredes Manot: «mañana cuando me maten, no me vengais a llorar, nunca estaré bajo tierra, soy viento de libertad».
¡Ni olvidamos, ni perdonamos!
Coordinadora Antifascista de Madrid